Todos tenemos un
doble. Nuestro doble no
es el cuerpo astral o etérico. Es verdaderamente nuestro “yo”, en otra
dimensión. Todo ocurre en
el eterno ahora.
La información con
nuestro doble se intercambia mediante aperturas entre los distintos tiempos.
Estas “aperturas temporales” imperceptibles, son aceleradores del transcurso
del tiempo que nos arrastran hacia otros espacios a velocidad prodigiosa.
Nuestro “doble”
es verdaderamente otro “yo”.
El cuerpo visible explora el espacio en nuestro
tiempo. El otro, generalmente imperceptible, viaja en los diferentes tiempos de
nuestro desdoblamiento. De manera
esquemática podemos decir que un cuerpo energético informa a nuestro cuerpo
físico. Toda partícula emite y recibe ondas. Todo organismo recibe
informaciones para vivir y sobrevivir.
El presente
actualiza futuros potenciales creados por el pasado. Un cambio de pensamiento
de un segundo crea numerosos potenciales de equilibrio en un tiempo acelerado,
cuya síntesis instantánea en nuestro tiempo, conllevaría una puesta en forma o
recuperación rápida de apariencia milagrosa. Nuestro “doble”
experimenta muy rápidamente nuestro futuro y, por aperturas imperceptibles
entre los dos tiempos, intercambios permanentes de informaciones nos llevan por
el buen camino.
Es recuperando
el principio vital de intercambio de informaciones con nuestro “doble” durante
nuestros sueños, que podremos por fin conocer el objetivo de nuestra vida y
encontrar el equilibrio capaz de reconducirnos a él.
Nuestro doble
está a nuestro servicio, esperando contactar con nosotros para transmitirnos
los mejores instintos de supervivencia, ya que él viaja al futuro y nos
transmite la información.
Tenemos varias
potencialidades en nuestro futuro. Se trata de escoger la mejor para beneficio
nuestro y de nuestro planeta, aprendiendo a recibir las informaciones de
nuestro “doble” y no empezar a poner en duda su existencia.
No hay necesidad
de recordar los sueños.
Basta con prepararnos a “bien soñar” por la noche para
vivir bien durante el día, modificando nuestros pensamientos (siempre en
positivo).
Momentos antes
de dormirnos podemos ponernos en contacto con nuestro “doble”, exponerle
nuestros problemas y pedirle que busque la mejor solución posible (de entre los
posibles futuros).
¿Recuerdan la frase “lo consultaré con la almohada”?
- Tener total confianza en que tu “doble”, te lo va a resolver de la mejor manera posible (ya que tu doble eres tú en otra dimensión):
- Tener la “certeza” de que ya te lo resuelve.
- Tener una actitud de total despreocupación y confianza.
- No pensar en hacer a los demás lo que no quieras que los demás piensen en hacerte a tí.
- Estar muy atentos a las señales que nos da la vida.
- Saber escuchar los “avisos”.
Estas
informaciones provenientes de las “aperturas temporales” imperceptibles nos
permiten mejorar nuestro presente. Son siempre tan rápidas que nos llegan bajo
la forma de intuiciones, sugerencias y premoniciones.
El control de
las aperturas temporales cambia nuestras noches y también nuestra vida. Además
es un medio muy eficaz para ya no estar angustiados o deprimidos frente a una
situación delicada, a condición de saber cómo y por qué proceder. En efecto, el
saber que el día siguiente será mejor nos alegra el corazón, el estrés
desaparece y con él las enfermedades. El dirigir nuestra vida es nuestra
responsabilidad.
Es preciso ser
dos para intercambiar información: uno de ellos viaja entre su presente y su
futuro. El otro entra a ese futuro (que es su presente) y el futuro de ese futuro
(que es su propio futuro). Así pues, las tres realidades presentes -del pasado,
del presente y del futuro- son accesibles al mismo tiempo por intercambios de
información en las aperturas temporales.
Nuestro doble es
un explorador o mensajero. Está ahí para asegurarnos el mejor presente a cada
instante. Está listo para darnos todas las informaciones necesarias en cuanto
se lo pidamos. Puesto que “él” es “yo”, está siempre dispuesto a crearnos el mejor
porvenir.
Cuando estamos
seguros de recibir ayuda en todo momento y en todo lugar, esta confianza se
vuelve un automatismo saludable.
Nuestro doble
tiene la capacidad de explorar lentamente nuestro futuro, en un tiempo tan
rápido que no nos damos cuenta de ello. En nuestro tiempo recibimos sus
consejos en forma de sugerencias inmediatas, que crean nuestra intuición.
El hecho de
estar desdoblados sin tener tiempo de darnos cuenta, nos da la sensación de
saberlo todo intuitivamente, sin tener que pensar en nada.
Nuestro cuerpo
es un receptáculo de informaciones necesarias que nuestro “doble” llena en
cuanto puede. Todas nuestras células obedecen a la voluntad de este otro yo,
que espera nuestro consentimiento para venir a visitarnos.
Su benevolencia
es incuestionable porque “él” es “tú”, y siempre lo será puesto que te asegura
la vida después de la muerte, en otro tiempo, pero como es imperceptible lo
hemos olvidado. Es buscando y reencontrando el contacto con nuestro “doble” que
podremos equilibrarnos y entender el objetivo de nuestra vida terrestre.
¿Cómo
proyectamos nuestro futuro?
La anticipación es un principio vital. Es con
nuestros pensamientos que proyectamos nuestro futuro. Si vamos por la calle y
alguien nos da un empujón y pensamos ¡lo mataría!, este pensamiento ya está
abriendo un futuro potencial asesino para nosotros en nuestras aperturas
temporales.
Esto lo podemos
modificar con un sencillo intercambio de información: con un pensamiento
contrario y tranquilizador. Así reina la paz en el futuro. La ley de los
tiempos es sencilla:
“Si nadie en la Tierra pensara en matar, no existiría
ningún futuro potencial asesino y la actualización de un asesinato sería
imposible”.
Todo depende,
pues, de nuestro modo de vida y de nuestros pensamientos que crean el conjunto
de nuestras posibilidades de futuro y eso durante los aproximadamente
veinticinco mil años de nuestro desdoblamiento actual.
Nuestro doble
puede modificar los futuros que nosotros hemos creado, siempre a petición
nuestra.
Cuando le damos
las gracias, él entiende que va por buen camino y no duda en seguir adelante
con lo que ha empezado, en función de las informaciones que recibe de su
pasado.
Restablecer un
cuerpo enfermo o acallar una mente angustiada viene a ser cambiar el futuro y
consecuentemente cambiar el mundo.
El quejarse o lamentarse crea inmediatamente
en el futuro algo del que poder quejarse o lamentarse.
El intercambio
de informaciones con un doble no es mágico ni peligroso. Lo peligroso es
ignorar la forma de controlar las informaciones que nos llegan a cada instante
y de vivir según nuestra conciencia, sin saber quién la llena de pensamientos
subliminales sin interés alguno.
La única
dificultad proviene de la forma de pensar, pues no estamos acostumbrados a
colocar el futuro antes que el presente. Esta nueva noción del tiempo va a
conmocionar el fundamento mismo de todos nuestros pensamientos.
Dejando nuestro
sueño en manos de nuestro doble, es como encontramos o recobramos un equilibrio
corporal y, sobre todo, y a su vez, planetario.
Aquél que se
mantiene en contacto con su doble, no teme al futuro, cosecha sólo
informaciones capaces de crear y de recibir las mejores posibilidades futuras
individuales.
Equilibrándose
de esta manera, equilibrará al planeta cuyo futuro potencial colectivo mejorará
poco a poco. Sólo nuestro doble es capaz de volvernos a dar las ideas que eran
las nuestras cuando nacimos.
Es importante
ser conscientes de nuestro último pensamiento antes de quedarnos dormidos, pues
es el que nos dirige al tiempo ralentizado de nuestro doble.
Es el agua de
nuestro cuerpo la que almacena y restituye las informaciones.
El enfocarnos
demasiado en nuestros problemas atrae las energías futuras responsables de
nuestras dificultades. Si intentamos encontrar nuestras soluciones de esa
manera, atraeremos futuros que pueden no ser los más adecuados. Sin embargo, si
pedimos a nuestro doble que resuelva nuestros problemas y clasifique las
soluciones, lo atraeremos hacia nosotros y nuestros sueños serán benéficos siempre
que aceptemos su solución, con una confianza absoluta, con gratitud y en la
certeza de que es el mejor futuro posible.
La mejor manera
de quedarnos dormidos es pedir a nuestro doble que nos envíe el mejor futuro
que hemos podido crear. “Que se haga tu voluntad”. El dejar nuestro lugar de
director de orquesta a nuestro doble nos adormece más rápidamente que nuestros
deseos o proyectos. Simplificándolo en una sola palabra, sería “encomendarnos”.
Nuestra
encarnación en la tierra tiene como objetivo permitir a nuestro “doble”
arreglar los futuros que hemos perturbado. Le servimos de trampolín hacia el
futuro que deberíamos construir según sus consejos. De esta manera el
Apocalipsis volvería a encontrar su sentido etimológico de descubrimiento
maravilloso de lo escondido. El planeta sólo actualizaría futuros beneficiosos
para todos.
Y recuerda, esto
es fundamental:
“No pienses en hacer al prójimo lo que no quisieras que él
pensara en hacerte a ti”.
Es la única manera de que todos nuestros futuros
potenciales
sean beneficiosos para todos.
Juntando
Corazones Todos tenemos un doble
In literatura on 15 febrero 2012
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